Tu Cuerpo: Un Verdadero Templo Bienestar Físico y Mental
Por Lic. Nut. Rebeca Serrano Acedo
El tema de la salud se ha convertido en un foco te interés muy popular y a la vez algo controversial. Todos creemos que sabemos lo que tenemos que hacer para ser saludables, opinando y en muchas ocasiones generando confusión al promover información distinta a lo que dicta la ciencia. Existen también promotores de estilo de vida y algunas tendencias en estilos de alimentación (ej. movimiento crudivegano, veganismo, y vegetarianismo) que han generado confusión en cuanto a lo que es benéfico para nuestro cuerpo. Si pedimos distintas opiniones, es probable que obtengamos diferentes respuestas. Sin embargo, debemos aprender a diferenciar entre una opinión y un hecho, así como comprender no solo la importancia de la salud sino su significado: ausencia de enfermedad y completo bienestar físico y mental de una persona.
¿Cómo construir tu templo?
Debemos crear y mantener nuestro estilo de vida recordando que como individuos tenemos diferentes requerimientos y preferencias. Este práctico “checklist” diario indica lo necesario para dar a nuestro cuerpo lo que necesita*:
*Basado en recomendaciones científicas actuales para la población sana en general. No son prácticas que por sí solas garantizan salud o permanencia de peso normal.
Mantener salud y resolver dudas debe ser una tarea sencilla y resumida en lo siguiente:
- Obtener información de fuentes confiables. En caso de recurrir a internet, utilizar fuentes avaladas por la Secretaría de Salud o entidades que se basan en la práctica y evidencia científica al publicar información (como diarios médicos y colegios de prestigio).
- Distinguir tendencias y modas de recomendaciones funcionales. De nuevo recordando que somos individuos con distintas necesidades y preferencias.
- Monitoreo y mantenimiento corporal. Permanecer pendientes de nuestras necesidades básicas (nutrición, hidratación, sueño, actividad, y descanso), distinguiendo aquellas que son reales y necesarias (hambre vs. sed). Realizar una examinación general anual (médica y bioquímica.)
- Pedir ayuda si es necesario. Un asesor, médico, o profesionista de la salud debe contar con un grado de estudio igual o mayor al de una licenciatura, una cédula profesional vigente, una afiliación o registro de la Secretaría de Salud, y credenciales o actualizaciones vigentes (ej. diplomas de cursos, posgrados, o seminarios). Solamente ellos podrán dictar adecuadamente necesidades nutricias o calóricas, y recetar tratamientos médicos.
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