Cinco formas en las que los medios te mienten sobre la maternidad
El cine, la televisión y la publicidad suelen dictar las estereotipos con los que vivimos de manera cotidiana.
Así, también las ideas sobre la maternidad que llenan nuestras cabezas, son aquellas que vemos en los medios. Pareciera absurdo, lo sé, pero el bombardeo de imágenes es tal, que llegamos a pensar que lo “normal” es lo que vemos en las películas, las series, las revistas y en los anuncios.
Si bien hay algunas (suertudas) que viven las cosas parecido a lo que se representa en la ficción, esa no es la norma de lo que vivimos la mayoría. A continuación, cinco aspectos en los que podemos tener expectativas erróneas, todo, claro, por lo que hemos visto en los medios.
El embarazo
El embarazo
Muchos ginecólogos aseguran que es “el mejor estado de la mujer”. Sin embargo, quien lo haya vivido y no haya sido tan afortunada, sabrá que las náuseas son tan desagradables que uno se llega a preguntar cómo es que nos embarazamos de manera intencional; que el cansancio es tan abrumador que no nos permite seguir con la vida tal y como la conocíamos, y que regular el peso no es cosa fácil cuando estás ansiosa y tus hormonas se encuentran en una montaña rusa.
Ver a actrices que pesan 45 kilos y que usan bras copa A representando a embarazadas con una panza falsa sobre una espiritifláutica figura que mantiene perfectamente el equilibrio sobre unos stiletto(tacones de aguja), solo nos hace pensar que nos veremos divinas luciendo un abultado vientre.
La triste realidad es que es más probable que en lugar de vernos como Rachel -de Friends- cuando estuvo embarazada, luzcamos como una Kim Kardashian de 8 1/2 meses de embarazo. Es decir, como una bola sin forma -los pies de tamal incluidos. A mí me pasó.
El cuerpo me cambió tanto que no lograba encontrar mi nuevo “estilo”. De ser una copa C me volví una impúdica DD y el día que me atreví a subirme a unos tacones (de plataforma, porque a los de aguja ni sin panza me atrevo) casi me caigo, quitándome por completo las ganas de volverlo a intentar.
Yo me veía más o menos así, con 3 kilos menos de derrière. Los pies se hinchan, y mucho.
El parto y los recién nacidos
En las películas los partos SIEMPRE se desencadenan por ruptura de membranas (o sea, porque se rompe la fuente), hay que CORRER al hospital en medio de una serie de situaciones cómicas que ponen al marido como el ser más torpe del Universo y la parturienta sufre tanto que no deja de gritar.
Cuando nace el bebé, éste es tan grande que bien podría tener tres meses y suele estar bastante limpiecito, fuera de la poca sangre artificial de la que lo embadurnan para hacer ver como que acaba de nacer. La manera en la que cada quién empieza el trabajo de parto es tan distinta como cada individuo, y la manera en la que se desarrollará hasta llegar al nacimiento será único y, en general, libre de escándalos.
Hasta el más atolondrado de los papás se enfocará en llegar a su destino sin accidentes y hará un esfuerzo sobrehumano por no desmayarse. Los bebés nacerán rojísimos, arrugados y cubiertos de vérnix. Sus facciones estarán tan hinchadas que no podrás ni imaginar a quién se van a parecer.
En serio, tu parto nunca será como lo viste en las películas (¡y qué bueno!).
La lactancia
No hay historia de ficción que no muestre la lactancia como algo sencillísimo, casi mágico. La mamá toma al bebé recién nacido en brazos, le ofrece el pecho, éste se prende del mismo, y todo es hermoso. En la vida real, pocas cosas representan un reto tan grande en la maternidad como la lactancia.
No en balde muchas mamás tiran la toalla antes de lograrlo, y es que hay que saber cómo se hace, al principio duele ( y si no se hace bien el dolor puede ser insoportable), y hay que tener mucho apoyo de la pareja y de cualquier persona alrededor para que este proceso tome su ritmo natural y se torne sencillo. Antes de lograrlo (que sí, sí se puede y sí se vuelve mágico), es muy probable que te sientas así:
El Photoshop hace maravillas, y queridas lectoras, este no es un caso aislado, de hecho debe ser mucho más común de lo que nos imaginamos. El problema es que vemos muchas mamás posando con poca ropa y con la gran ayuda de la magia digital ( y claro, también de las cirugías) y nos torturamos preguntándonos por qué no podemos estar así. Para contrarrestar este sentimiento colectivo, la fotógrafa Jade Beall hizo un reportaje sobre cuerpos de mamás verdaderas que se llama A Beautiful Body Project.
La crianza
Convertirnos en mamás es lo mejor que nos puede pasar en la vida, sí. Y es una etapa llena de momentos mágicos. Sin embargo, no todo es vestirlos como muñequitos para pasear con ellos en el parque y reír muchísimo con sus gracias y travesuras.
La realidad del día a día es abrumadora y el sentir que estamos alejándonos sin remedio de la vida como la conocíamos, y que al mismo tiempo no estamos disfrutando de esta etapa mágica como deberíamos, nos llena de culpas. La realidad de la crianza se siente más como en el video que encontrarás a continuación que como un anuncio de pañales en el que la casa luce divina y la mamá también.
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