Viviendo a traves del ego
Por Psic. Francisco Javier Romero Córdova
¿Qué pasa cuando le das más valor a lo que los demás opinan de ti a partir de la imagen que proyectas, en lugar de mostrarte como en realidad eres, piensas o sientes? Esta pregunta es un llamado a una reflexión honesta sobre la manera en la que te conduces en la vida basándola en la imagen.
El ego está relacionado con esa parte interna que te lleva a presentarte ante los demás de una forma alterada y alejada de lo que realmente eres, consiste además, en inventarte una serie de máscaras con las que buscas competir en la sociedad. Esas máscaras que te llevan a guardar y esconder quien auténticamente eres. Máscaras y caretas que te llevan por un mundo de pretensiones.
En cualquier ser humano existe la lucha constante de equilibrar su ego y su parte espiritual. El sistema capitalista imperante en el mundo activa esa dinámica y sin saberlo la asumes en automático, llevándote a una lucha competitiva y desgastante por ese “éxito material” como único y exclusivo logro aceptable.
Entre las formas en las que se manifiesta el ego están: la charlatanería, la exigencia, la histeria, y muchas más actitudes. Date cuenta de todo lo que acarrea para tu vida manejarte desde este comportamiento o actitud.
Ocurre que cuando te manejas a través del ego, es inevitable recurrir al control de situaciones y personas, mismo que se apoya en el uso del poder hacia los demás, ya que vive en el temor de que las cosas y personas sean y fluyan como en realidad son.
La ira, el control, el juicio, el orgullo y los sentimientos de odio son formas emblemáticas bajo las cuales se maneja el ego.
La ira se manifiesta cuando las expectativas que generaste sobre algo o alguien no resultaron como lo esperaste. Te sientes víctima, agredido, traicionado, ofendido y maltratado.
La manipulación y control de los demás se basa en una preocupación tóxica y fuera de lugar de estar enterado de cada detalle, para luego procurar que se hagan las cosas según tu criterio. A su vez, juzgar a través de la crítica de todo y a todos, basándote en creer que tienes la verdad y razón auténtica y absoluta, indica en el fondo te crees mejor que los demás. Es así que las actitudes y desplantes de orgullo te llevan a mostrarte engreído y hacer sentir a los demás que están por debajo de ti.
Y por último, cuando odias a diestra y siniestra y generas una conciencia dañina y tóxica lo identificas cuando dejas de ver lo bueno de los demás. Para ubicar por dónde empezar a trabajar en tu ego, de inicio es apostarle a tu crecimiento espiritual.
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